3.5.14

Cuarto Reto BBSS, volvemos a BBSSear


Con un poco de retraso con respecto al año pasado, aquí estoy de nuevo con el 4º Reto BBSS. Parece increíble que ya hayamos llegado a la cuarta edición de este Reto tan entrañable y que tuvo tan buena acogida desde el principio.

Los objetivos del Reto BBSS, siguen vigentes porque por desgracia, en nuestro país, seguimos con muchos problemas relacionados con la falta de recursos en muchas familias para poder acceder a una alimentación sana y equilibrada. Si todo esto, lo extendemos a la población infantil, sigue siendo una urgencia, contribuir en lo posible, a poner al alcance, para quien lo necesite, recetas BBSS.

Otro de los objetivos era contribuir a mejorar hábitos de nutrición y alimentación sanas y eso siempre será importante y útil para cualquier persona que se interese por este Reto.

Os espero, tanto a los que ya habéis participado en otras ediciones, como a los que participéis por primera vez. Gracias a este Reto, he hecho muy buenas amistades y ha sido la actividad del blog, más gratificante para mí.

Tanto si vais a BBSSear o no, os agradeceré que colguéis el logo en vuestros blogs y me ayudéis a difundirlo.

En este 4º Reto se trata de presentar Recetas BBSS de primavera-verano. Esta vez, os lo voy a poner más sencillo y no voy liaros.

Os cuento, cómo surgió el lema de este 4º Reto. El 8 de febrero pasado, publiqué en Thermofan una receta muy entrañable, la Tortilla dulce de tía Berta. Una receta totalmente BBSS, pero yo ni lo tuve en cuenta ya que al escribir esa entrada, mi objetivo era más sentimental. Fue Marga la que en su comentario escribió: “esta receta merece un reto”.

Ya sabéis que soy de acostarme dándole vueltas a las cosas, pero también puede ocurrir que una idea surja en un “plis-plas”. Así, de golpe, se me ocurrió el lema. Sabéis, que desde el 2º Reto, hay un lema y que intento, si es posible, que sea divertido. La receta de laTortilla dulce de tía Berta la he publicado en este blog, porque al ser la protagonista del Reto, bien lo merece.

No tenéis que copiar ninguna receta de nadie, os valdrán las vuestras, siempre que no hayan sido publicadas con anterioridad, pero si queréis seguir invitando a BBSSear, será un honor para la que os escribe

Y ya sin más os digo cuál es el lema a seguir:

Pan, leche y huevo, invitan al BBSSeo

Se trata de preparar recetas BBSS, tanto dulces, como saladas y que contengan dos o los tres de los ingredientes del lema. En esta ocasión, serán de primavera-verano.


Aquí dejo el enlace al Reto BBSS inicial para los que no lo conozcan. Pincha aquí.

El logo del 4º Reto. Llévatelo a tu blog y si quieres compártelo en Facebook o Twitter.


Os recuerdo las bases:

Objetivos específicos

- Motivar y contribuir a mejorar la calidad de la alimentación.
- Poner al alcance de los ciudadanos interesados, recetas BBSS, buenas, baratas, sanas y sencillas.
- Ser cómplices y contribuir a hacer aflorar sonrisas.

Actividades

- Elaboración de una receta BBSS: buena, barata, sencilla y sana de primavera y/o verano utilizando el pan, la leche y/o el huevo. Será obligatorio, utilizar al menos, dos de los ingredientes en la receta, pero si se desea incluir los tres, perfecto.

- Clasificación de las recetas en los siguientes apartados:

Recetas saladas
Postres
Pan
Bebidas

- La receta elaborada debe ser BBSS (buena, barata, sana y sencilla).

Buena: Que la receta sea atractiva y apetezca prepararla.
Barata: La receta no incluirá entre sus ingredientes productos de precio elevado. Serán productos fáciles de adquirir en cualquier comercio.
Sana: La receta no podrá contener grasas saturadas, azúcares ni sal en exceso, alimentos con muchos conservantes o precocinados…
Sencilla: El proceso de elaboración no será complicado y la explicación será muy clara. Incluso, se pueden añadir trucos de preparación ya que en el blog tenemos un apartado de trucos.

- La receta sí incluirá, carne sin grasas, pescado, verduras, frutas, aceite de oliva, lácteos, arroz, pasta, legumbres, huevos, hierbas aromáticas, frutos secos, harina… y otros productos sanos.

- No se puede hacer publicidad de ninguna marca comercial alimenticia, ni de menaje de cocina…

- Es requisito imprescindible que la receta esté explicada según el modo tradicional, con independencia de que se pueda elaborar de otra forma y así se indique. De este modo, tendrán acceso más personas a su elaboración.

- Los bloguer@s, publicarán una entrada con la receta y un enlace a esta entrada,explicando claramente cuáles son los objetivos del reto, especificados más arriba, así como el logo del Reto, enlazado.

- La receta tiene que ser elaborada especialmente para el reto, no puede haber sido publicada ni provenir de otro blog que la haya publicado con anterioridad. Sí es así, no será publicada.

- El plazo máximo de presentación de recetas es el día 11 de junio de 2013 a las 0:00 horas.

- Para darle difusión al reto es necesario colgar el logo en el banner de los blogs.

- El máximo de recetas por persona y blog es de 2.

- Si las recetas no cumplen lo indicado en el punto 5, no serán publicadas.

- El 13 de junio se publicará el listado definitivo de participantes. Si alguien ve que no está incluido, deberá ponerse en contacto conmigo.

- Con el listado definitivo de recetas, se elaborará un libro que se podrá descargar gratuitamente y se publicarán todas las recetas aquí.

A echar a volar la imaginación de nuevo y como ya ha pasado la Semana Santa, espero que este Reto no se inunde de torrijaaaaas, pero sí de mucha imaginación.


Gracias a tod@s y muchos BBSSos. Os espero.

Tortilla dulce de tía Berta

                              

 Marisa,  del  blog  “Thermofan”  

Como esta receta ha sido la promotora del 4º Reto de Recetas BBSS, quiero copiar aquí el relato que escribí en su momento en Thermofan. Lo merece.


Detrás de cada blog hay una persona y su vida, sus historias. Muchos de nosotros recordamos platos y los enlazamos directamente a las personas que nos los enseñaron. El de hoy también va dedicado.

Por circunstancias tristes de la vida, en mi último año de carrera, vine a vivir a la misma casa en la que sigo en la actualidad. Mi padre había fallecido y me encontré con un piso en Valencia, recién reformado y para mí sola. Una finca emblemática en la ciudad.

Llegué con 19 años a esta bonita casa; mi madre la amuebló con el fin de que amigas vinieran a compartir la casa, pero a última hora, no quisieron y eso facilitó que mi objetivo, que a continuación explico, se viera cumplido.

En mi interior, tristeza, pero también una gran responsabilidad: encerrarme a estudiar e ir a por todas. En mi mente, el sabio consejo de mi padre: “Estudia mucho que tú puedes sacar un acceso directo”. Un año antes, ni me lo hubiera planteado porque me decepcionó comprobar que ir a la Universidad, en aquellas fechas, consistía en sentarse al sol con tal de no asistir a clases con muy poco contenido. Ni siquiera las clases de francés, mi especialidad, fueron de mi agrado. Dadas las circunstancias, seguí al pie de la letra su consejo que consiguió cambiarme la vida y hacer de mí una maestra con gran vocación por la profesión, al igual que la tuvo mi padre.

En esta casa empecé a cocinar por primera vez, recetas que había visto preparar, que tenía apuntadas, o en recortes. Mi primer arroz al horno, natillas, hervidos, alguna paella… y para mí sola.

Sólo los "40 Principales" de la radio me acompañaban. El resto del tiempo era para estudiar mucho y disfrutar de una casa con vistas a un jardín interior en el que tan sólo se oía a los pájaros y jugar al fútbol a los niños.

La vecina de al lado en seguida se puso en contacto conmigo. Nos separaba un solo tabique y las ventanas estaban pegadas. Con sólo abrirlas, podíamos intercambiar todo. Un golpe en el cristal bastaba y en seguida, aparecía Berta, la que en poco tiempo quiso que la llamara “tía Berta”. Una mujer que entonces contaba ya con 66 años, de luto, nariz prominente, una peluca que a veces usaba, pintada “sin control”. Su voz era fuerte porque usaba un aparato para oír mejor.  Tenía un caniche y es que Berta pensaba que pertenecía a la “crème de la crème” de la sociedad valenciana y nada más lejos de la realidad. Era viuda y tenía dos hijos muy diferentes que prácticamente pasaban de ella.

Era muy fácil congeniar con Berta y poco a poco, me fui enterando de su vida. Tenía una chispa especial, un toque de humor y una risa que te invitaba a reír. Vivía en un mundo hecho a su medida, lleno de fantasías, porque Berta se había estancado en el pasado, cuando a principios del siglo XX, vivía nada más y nada menos que en la preciosa Estación del Norte (Estació del Nord) ya que su padre era el Jefe de la Estación. Hablaba de bailes, fiestas, vestidos, pretendientes mil…

Después se casó con alguien, según ella, con mucho dinero y de muy buena familia (según yo, muy, pero que muy feo y con mucha cara) y nunca olvidaré cuando hablaba de que le era infiel con cualquiera, pero Berta, muy digna decía siempre: “Yo era la Catedral, las otras, sólo capillitas”. Me contaba hasta intimidades de lo más verdes y con ello demostraba, que la pobre, hacía lo imposible por mantener cerca a su huidizo marido.

Tía Berta, vivía alquilada en un piso sin reformar. Gracias a eso, pude descubrir cómo eran estas viviendas de origen; sus altos techos, sus suelos con preciosos dibujos, sus escayolas, la chimenea, el baño sin W.C., porque aunque os parezca extraño, en los años 30 estas casas tenían un baño con un W.C. al estilo francés, separado...

Pero Berta no era consciente de que su casa estaba hecha polvo; sus múltiples muebles, colocados sin ton ni son, se repartían por las estancias y ella disfrutaba de todo, hasta el punto de que tenía cucarachas de las negras por doquier, se reía y me decía: “Tengo la casa llena de seminaristas”. Todo lo tomaba a risa y a mí, la verdad, me hacía feliz compartir con ella tantos y buenos momentos, aunque fuera a través de la ventana. Un golpe que ambas ya teníamos como contraseña. No hacía falta abrir la puerta, ni llamar al timbre. Hasta alguna vez, salté a su casa a través de la ventana.

Esas ventanas se convirtieron también en la puerta de intercambio de platos sencillos pero regalados a la otra con todo el cariño. Berta no tenía mucho repertorio, pero a mí me encantaba su tortilla falsa de pan. Golpe en el cristal y un plato aparecía. Con lo que yo estudiaba y con el poco tiempo que tenía, no veas lo que agradecía que me regalara algo y si era esa tortilla dulce con sabor a limón y canela, todavía más. Yo también disfrutaba “pasándole” por ese “torno” ficticio, cualquier cosa que hacía.

Tía Berta también me invitaba a ver la tele porque yo no tenía. Tiempo después, vino mi hermana y otras chicas al piso y  también ellas formaron parte del círculo con tía Berta. Fue tanto el contacto, que la tarde noche del golpe de Estado del 23 F estuvimos en su casa delante de la tele y oyendo los tanques circulando muy cerca, tan sólo a dos calles de casa. Pasamos mucho miedo.

Y como último recuerdo divertido de ella, su complicidad antes de casarme. Berta cosía y se ofreció a arreglarme dos camisones divinos que me compré. No veas la de risas y cachondeo. Le encantaba seducir y provocar y yo se lo puse fácil aceptando su propuesta.

Con el tiempo tuvo que irse de la casa porque sus dueños la querían ocupar. Aún así, como vivía cerca, recuerdo llevarle unas buenas cazuelas de arroz al horno y cualquier dulce que preparaba. El intercambio ya no era mutuo. Berta cada vez tenía más dificultades y por desgracia, la mejor solución para sus hijos fue ingresarla en una residencia y olvidarla.

Este es mi pequeño homenaje a tía Berta. He preparado su tortilla dulce de pan en mini raciones. Berta merece mi recuerdo porque su manera de entender el amor y la vida, era única y especial, a pesar de los pesares.

Ingredientes (para 3 tortillitas)

- 2 huevos medianos
- 180 g de leche (desnatada)
- 3 trozos de corteza de limón
- medio palo de canela
- 30 g de azúcar (15 g de tagatosa o azúcar de abedul)
- 80 g de pan blanco seco y picado
*azúcar y canela en polvo para espolvorear
* aceite de oliva virgen extra
* margarina para engrasar
* un aro de emplatar

Preparación tradicional

- Picar el pan. Pesar y reservar.

- Hervir la leche, apartarla del fuego.

- Añadir el azúcar, la corteza de limón, el pan y el palo de canela. Tapar y dejar reposar.

- Separar la claras de las yemas.

- Batir las yemas con un tenedor.

- Batir las claras a punto de nieve.

- Añadir las yemas a la mezcla de pan y leche. Luego, añadir las claras a punto de nieve, con movimientos envolventes.

- Engrasar el aro con la margarina. Poner unas gotas de aceite en la sartén. Colocar el aro y verter cucharadas de la mezcla, tantas como deseemos que queden de gruesas, pero es preferible que no sean muy gruesas para facilitar el desmoldado.

- Cuajar la tortillita a fuego suave. Quitar el aro con cuidado y dar la vuelta a la tortillita con la ayuda de un plato.

- Repetir el proceso con el resto de la masa.

- Mezclar azúcar o tagatosa con la canela y espolvorear las tortillitas con la mezcla.



Preparación en TMX

- Picar el pan. Pesar y reservar.

- Verter la leche en el vaso. Añadir el azúcar, la corteza de limóny el palo de canela. Programar, 4 minutos, 100º, velocidad cuchara, giro a la izquierda. Infusionar el pan en la leche.

- Separar la claras de las yemas.

- Batir las yemas con un tenedor.

- Colocar la mariposa. Verter en el vaso las claras. Programar, 3 minutos, velocidad 3 y ½.

- Añadir las yemas a la mezcla de pan y leche. Luego, añadir las claras a punto de nieve, con movimientos envolventes.

- El resto, como en la preparación tradicional.

Notas:

- La cantidad de leche puede variar porque yo he utilizado pan casero. El pan hecho en casa se esponja muchísimo más que el comercial y por eso, mi pan ha embebido en seguida la leche.

- La cantidad de azúcar o de tagatosa, también es a gusto.

- Lo mismo ocurre con el tamaño de los huevos. Al batir las claras a punto de nieve, conseguimos dar más cremosidada las tortillas, pero si no tenemos tiempo, se puede añadir el huevo entero batido o un huevo y una yema.

- No es necesario utilizar un aro de emplatar. Lo he hecho para darle un toque especial. Es más trabajo y más dificultoso, pero queda más bonito, especialmente si se realiza para celebrar algo. Si no se utiliza, se cuaja la tortilla con toda la masa, como si de una tortilla salada se tratase tal y como la preparaba Berta. La suya era muy gruesa, por lo tanto, si queremos una tortilla más gruesas, aumentaremos proporcionalmente los ingredientes.

- Hay que tener mucho cuidado al quitar el aro. En primer lugar, hay que comprobar que ya ha cuajado lo suficiente la tortilla. Si no es así, se deformará. Se desliza con cuidado y se quita. Después, si ha quedado un poco deformada, se le vuelve a retocar la forma con la ayuda de una cuchara o tenedor de madera. Es muy importante engrasar bien el interior del aro antes de utilizarlo, lavarlo en cada uso, secarlo y volverlo a engrasar.